martes, 19 de agosto de 2008

Un relato tan fuerte, que me tardé cuatro días en poder sentarme a escribir. me daba miedo la imagen disparadora que se me presentó.

PLANES A FUTURO



Fue justo ahí, en ese momento, cuando mi cabeza llegó al suelo. Cuando un segundo después de rebotar contra las paredes del pasillo que llevaba al baño, mi periplo de vueltas, terminó. Y me di cuenta de algo. Algo que no fue casualidad, qué locura!!. Qué triste!, que mecanismo extraño tienen la mente y el corazón.

No fue casual que hace unas semanas, un mediodía igual a cualquier otro, un almuerzo de dos, con mi hijo antes de ir al jardín, se convirtiera en un presagio de ésta noche, casi madrugada, con olor a muerte, a despedida, a error en los cálculos y a dolor. Mucho dolor.

-Como vos no llegás a la traba de la puerta- le dije ese día, -porque sos chiquito, y mamá puede estar ocupada, te voy a enseñar como hacer para que abras la puerta por si yo no puedo y viene el abuelo. Siempre mirá primero por la cortina, después, agarrás ésta silla, que es livianita, la empujás hasta la puerta, te subís con cuidado y así llegás a la traba, me entendés?-. Por supuesto que entendió, y practicó una y diez veces. Feliz en sus tres años casi cuatro, abriendo y cerrando la puerta de calle, orgulloso de haber aprendido algo de "nenes grandes" me dijo.

No fue casual hijo. Ahora lo entiendo, perdida, tambaleante, en esta nebulosa de alcohol y pastillas. Muchas pastillas, y el golpe "de gracia" que di contra el piso, cuando casi llegaba al baño, donde tenía calculado todo terminaría con darle llave a la puerta. Vos no me verías, no tendrías esta visión, ni este miedo que escucho entre llantos y gritos!!. Sí los tuyos. A lo lejos aunque creo que estás cerca. Seguro te despertó el ruido que hice al caer, qué bruta!! ni para eso sirvo... Arruiné todo, te arruiné todo, por dios. Que dolor!! si te estoy viendo y no puedo moverme, no puedo hablarte, me estoy llendo...

Todo salió mal, no estaba en mis planes que te despertaras ahora. Así. Veo tus gritos pero no puedo oírlos, quiero gritarte, sé lo que quiero decirte mi amor y no puedo. -No llores vida, acordáte, pensá en ese mediodía cuando te enseñé a abrir la puerta.-
No fue casual. Ese día yo no lo sabía, pero te estaba preparando. Aunque todo salió mal.


2 comentarios:

Masaje Tailandés - Romina Naranjo dijo...

trini te tenía en mi mente y justo hoy llego por aquí a saber algo nuevo de vos, me encuentro coon este triste relato que me oscurece el alma.
"Momentos donde nada está planeado, momentos que en realidad quizas planean con nosotras...nebulosas, tropezones, mareos y caidas... Fuerzas(mas de las que creemos tener) nos ponen de pie, a seguir... ojitos llenos de amor siempre estan a la vera del camino esperando que estemos bien, alegres y de pie, para seguir protegiendolos."
un abrazo lleno de luz. Espero tener mas noticias tuyas

Masaje Tailandés - Romina Naranjo dijo...

ajajaj me olvidé de decirte que te estaba esperando,, se nota?ajjaja. un beso grande